martes, 27 de octubre de 2015

Discos - SAXON "Battering Ram" (2015)

SAXON “Battering Ram” (UDR Music, 2015)

Antes de nada decir que es un placer volver a escribir después de unos cuantos años sin hacerlo, y quería empezar a decir cosas en El Muro con mi banda favorita. No es una cuestión ni de calidad musical, ni de comparación con otras ni de nada parecido, es simplemente un grupo que me emocionó en 1979, que lo sigue haciendo disco tras disco y concierto tras concierto y al que le tengo un cariño especial. Eso no significa que el abajo firmante sea un talibán saxonmaníaco, quien me conoce lo sabe, pero sí es verdad que disfruto con Saxon como con ningún otro grupo.

Lo primero que hay que decir de “Battering Ram” es que el estado de forma de la banda compositivamente hablando y en cuanto a ejecución es magnífico. Hay unos cuantos grupos veteranos que están pasando por una actualización constante manteniendo el estilo y adaptándolo pero sin perder su esencia, no voy a comparar pero sólo tenéis que darle un repaso mental a los últimos discos de las bandas supervivientes de la NWoBHM y anteriores para comprobarlo.

Este disco llega después de que Nigel Glockler haya superado una hemorragia cerebral que lo tuvo apartado de la actividad del grupo durante una temporada. Llega también con casi 40 años de carrera musical a las costillas y tras un último disco de hace un par de años, “Sacrifice”, que me dejó bastante frío tras su publicación. Con “Battering Ram” han ganado en sonido (brutal la producción de Andy Sneap), los temas son mucho más reconocibles y los guiños a épocas más felices son también más frecuentes.

La mezcla es perfecta, está todo en su sitio. Me gusta mucho el tratamiento que se le ha dado al bajo, muy presente durante todo el disco, aunque la batería ha quedado un poco plana, le faltan matices para haber redondeado la base rítmica. Es una costumbre de la última década, ya lo sé, pero me molesta especialmente que se pierda la posibilidad de escuchar un parche en su sitio y se dejen de diferenciar los golpes de plato, especialmente cuando estamos hablando de músicos que le sacan tanto partido a su instrumento.

Las guitarras, sin embargo, suenan como un cañón, incluso las dobladas abundan más que en otros discos. Eso sí, Doug Scarratt sigue siendo componiendo solos tan mediocres como siempre, una pena porque rítmicamente es un gran guitarrista.

Y qué decir de la voz de Peter Rodney Byford, alias “Biff”… pues que a sus 64 tacos está casi en plenitud de facultades. Ha sabido adaptar las composiciones a su tono, el timbre de su voz sigue tan reconocible como siempre y no tiene que forzar (a veces se le escapa, sí, ya lo sé, pero son las menos, un poco en “Three Sheets to the Wind” quizá). Coverdale debería tomar ejemplo, aunque he dicho antes que no iba a comparar, así es que ahí lo dejo.

Sobre los temas, sin entrar a destripar uno por uno, decir que hay suficiente variedad para que no se haga monótono. Quizá destacar, por lo curioso, “Kingdom of the Cross”, un medio tiempo con un ambiente similar al que crearon en su momento con “Crusader”, para mí de lo mejor del disco. Lo peor, sin duda, la portada. “Battering Ram” viene a ser un ariete y el artwork es tan evidente que insulta. Vale que las portadas de los discos ya no tienen la función que tenían hace unos años, pero se podrían haber esmerado una miaja más.

Con este ya van 21 discos de estudio. Confiemos en que haya más al menos a este mismo nivel. Discazo.


 

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Alvar de Flack

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